Tres en raya en el bolsillo
Se me acumulan
los garbanzos en el monedero. Aún mantengo la costumbre de guardar tres de cada
paquete, porque nos servían para jugar a las tres en raya en cualquier sitio.
Tú preferías las lentejas, ¿te acuerdas?, porque decías que se movían menos,
que mantenían mejor el equilibrio. Quizás, ahora lo pienso, yo era un garbanzo
y tú una lenteja, siempre en equilibrio. Me mirabas, estudiabas mis gestos, y
luego sonreías, todo el rato, mientras dibujábamos en un pósit el tablero.
Después, cuando nos avisaba el médico para entrar, me agarrabas la mano, y eras
tú la que me decías: No me va a pasar nada, mamá, ya lo verás.
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