TODO EL TIEMPO DEL MUNDO



Es un día más, pero todos parecen más cabizbajos, sumidos en sus móviles, o en sus libros electrónicos. En cada parada, bajan unos, suben otros. En mi cabeza también, desciende la seguridad, y crecen las cosas que quiero decirte. Tengo todo el tiempo del mundo y, sin embargo, no sé por dónde empezar. Nunca he conocido a una mujer más terca, y yo llegaré, con mis flores, y me quedaré callado, como siempre. Pero mejor eso que no discutir, porque lo último que cruzamos fueron palabrotas. Fue por una tontería, pero hizo que te marcharas al trabajo antes de tiempo. Sin desayunar. Podíamos haberlo hablado, haber encargado esas vacaciones, habernos reído (o llorado), y haber hecho el amor. Y por la tarde te habría sorprendido con un ramo de flores. Como éstas. Eso sí que no te lo habrías esperado, ¿a qué no? Pero tú te marchaste temprano, sin desayunar, un día como hoy, 11 de marzo, hace 13 años. Tuviste que montarte en ese maldito vagón.



Comentarios

Entradas populares