Escisiones

Tengo 7 años, y a mi muñeca Tiana y a mí nos apasiona estudiar cosas sobre el mundo, pero ahora el mundo aparece como un puzle incompleto y aterrador. Las paredes de la sala se descomponen, y entre tinieblas creo ver al pintor ese que se cortó una oreja, hablando con el pirata del garfio y la pata de palo. Luego pasa una amazona que se ha cortado un pecho para poder usar mejor su arco, cabalgando por un extraño planeta lleno de gente absurda que se amputa dedos solo para ir a la moda. De mayor pienso ser doctora para curar a la gente que ha perdido algo (un órgano, una extremidad, el alma…), como estos seres que aparecen en mi pesadilla. Mamá me mira muy seria, y mientras cuida de Tiana y de mi bola del mundo, me dice que no debo gritar, que es mi deber estarme quieta, que no pasa nada…, pero es que a ella no le gusta estudiar cosas sobre el mundo, y a lo mejor por eso no sabe lo que va a suceder. Pataleo, ya son tres las mujeres que me sujetan, y otra más vieja se acerca a mí con una pequeña navaja, parecida a las que usa papá para afeitarse. Y yo vuelvo a gritar, aún más fuerte, y entre la espesa niebla veo los muslos de mi muñeca Tiana, salpicados de sangre, a mamá triste, limpiándolos, y a mi bola del mundo cayendo al suelo, desintegrándose en miles de pequeños pedazos.    

(Según datos de ACNUR, cada año

3 millones de niñas sufren mutilación genital)