LIBÉLULA'S
Era la primera vez. En la
capital del reino habían abierto un lugar extraño.
Era mi primera vez. Mi
hermano mayor me dijo que entrara, que saldría hecho un hombre.
No era su primera vez (lo
decían sus ojos metálicos, vacíos, la sonrisa impresa), pero creí verla morir
un poquito bajo mi cuerpo.
Y creí ver como sus entrañas
vomitaban miles de nuevas libélulas (frágiles, robóticas, moribundas), que a su vez huían a
otros extraños lugares, donde aún siguen muriendo, un poquito, cada noche.
Metálicas, vacías,
con la sonrisa impresa.
Es increíble cómo algo tan triste y delicado lo cuentas de una forma tan sútil y bella.
ResponderEliminarHaces magia con las palabras.
Me encanta.