TEMA TABÚ


Apenas íbamos por el primer plato de la cena de Nochebuena cuando se me ha ocurrido sacar el tema de la Independencia, y todo, absolutamente TODO, ha empezado a torcerse. El abuelo se ha atragantado (y eso que aún no había comido nada); Anita ha recordado de golpe que había quedado con un novio (que aún no tiene); y los perros se han puesto a aullar como si estuviesen oyendo pasar miles de ambulancias (y eso que, en efecto, no tenemos ningún perro). Pero lo peor ha sido lo de papá y mamá. Madre mía. Al principio solo han entrecruzado sus miradas en silencio, como dos perros rabiosos antes de la pelea. Pero después, como poseídos por los espíritus enfurecidos de los mismísimos Rufián y Arrimadas, han comenzado a lanzarse palabras en idiomas y dialectos extraños, que he supuesto satánicos. Al mismo tiempo, varias nubes negras han invadido el salón y todas las fuerzas de la naturaleza se han agrupado en dos bandos para librar una batalla que, a día de hoy, 5 de enero de 2020, aún nos tiene aquí atrapados.
Hace tiempo que en casa imperaba una norma no escrita que prohibía sacar el tema, pero el niño (bueno, no tan niño, que ya tengo 19), en la tercera palabra de su única frase, lo ha dicho bien claro: IN-DE-PEN-DEN-CIA. Ya me vale. Ahora solo tengo tres ideas claras en la cabeza. La primera: esta noche fijo que no tendré regalos de Reyes. Segunda: espero que esto acabe pronto porque al abuelo hay que darle su insulina. Y tercera: no vuelvo a hablar en la cena, y menos de independizarme, porque está claro que a estos dos no los puedo dejar solos.

Comentarios

Entradas populares