LA EMANCIPACIÓN DE LAS PALABRAS

Desde el día en que las palabras echaron a volar el mundo ha cambiado por completo.

Ahora pasearse por la ciudad supone toda una aventura. Tan pronto te llueve una tormenta de ideas, como que te topas con manadas de versos libres haciendo el amor en un parque. Puedes ver a los sustantivos JUSTICIA e IGUALDAD (que se han hecho inseparables) merodeando, vigilantes, por despachos de bancos y empresas; o a pandillas de palabras (como la de NO-TE-SOPORTO o la de ME-CHIFLA-TU-TRASERO) irrumpiendo en cualquier casa, semáforo o tienda, armando jaleo. Es divertidísimo. Imagina que, por ejemplo, a la palabra MENTIRA le apetece salir del armario… pues ahora va y se presenta libremente en un mitin político, económico, o de cualquier religión, y se coloca ahí, flotando encima del orador, haciéndole burla, a la vista de todos sus fieles. La bomba, jeje.

No os voy a engañar, lo cierto es que cuando vimos que, de repente, las novelas, libros escolares, periódicos e incluso las redes sociales se habían quedado sin palabras, pensamos que el mundo se iría a la mierda. Creímos que si dejábamos de controlar lo que caracteriza a la raza humana, una de nuestras creaciones más únicas, retrocederíamos mil pasos en nuestra evolución. O nos daríamos de tortas.

Pero no ha sido así. Creo que el mundo es ahora… no sé, más mundo. Ellas (las palabras) nos han demostrado que nada debe ser enjaulado, que todo debe fluir libre para mostrar su verdadera esencia. Que ese tigre del zoo no es un tigre y, sin embargo, aquel con el que te topas en plena selva, sí lo es. ¡Vaya si lo es! Te puede matar o perdonarte la vida, pero habrá un instante, en medio del miedo, en el que admirarás su verdadera belleza.

Y yo… sinceramente, estoy encantado, a pesar de que, como imaginarás, con la revolución de las palabras, mi vocación de escritor se ha ido a la mierda. Pero el statu quo de ahora mismo me mola un montón. Es una opinión muy personal, eehh, no te creas. Igual a ti te gustaría tenerlas siempre bajo control, leer y escribir solo lo que te apetezca, etc. Lo respeto. De hecho, si en este instante estás terminando de leer estas palabras, es porque están encerradas en tu móvil u ordenador, y eso significa que aún no se ha producido su fuga. Pero sucederá, ya te lo aviso. Estate preparado que las verás volar, ocupar el cielo, a su bola, pasando de nosotros, mostrando su verdadera belleza…

Y, cuando eso suceda, un consejo: simplemente, déjate llevar.

Y contempla.


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